miércoles, 29 de junio de 2011

ARTE MAYA

Durante el período preclásico, el arte de los mayas era muy parecido al de los pueblos vecinos, como lo demuestran los restos de cerámica encontrados. No es hasta el siglo II a.C, a finales del citado período, cuando empiezan a darse las primeras manifestaciones artísticas netamente diferenciadas. Asimismo, en esa época la organización social de los mayas era más compleja que la de otras culturas mesoamericanas gracias al nacimiento de una importante clase social, los sacerdotes, encargados del culto a los muertos. Empieza a desarrollarse, por otro lado, una arquitectura propiamente maya y aparecen las primeras grandes poblaciones, como Uaxactún, Piedras Negras, Izapa, Mayapán...
La época de máximo de esplendor de la gran cultura maya se prolongó desde el siglo III hasta el XIX, debido, sobre todo, al carácter militar de los gobiernos, poco solícitos con las necesidades de la población, que empezó a vaciar las grandes ciudades. De este modo, se facilitó la invasión de pueblos que portaban una importante influencia tolteca que, durante los siglos posteriores, hasta el definitivo fin de la cultura maya, en el siglo XV, influyó de forma importante en el arte que se manifestó en los territorios hasta entonces dominados por los mayas.
Por otra parte hay que señalar que, en aras de facilitar el estudio del desarrollo histórico y artístico de la cultura maya, se ha convenido en dividir en tres zonas el conjunto de los territorios que habitaba este pueblo. Así, se habla del área meridional, área central y área septentrional, que como se verá presentan notables diferencias geográficas y arrojan, además, importantes contrastes entre las manifestaciones artísticas en ellas producidas.
Cabeza de un personaje palencano (Museo Nacional de Antropología, Ciudad de México). Esculpida en estuco, esta pieza fue arrancada de la estatua original para ser depositada como ofrenda debajo del sarcófago descubierto en el Templo de las Inscrpciones.
El arte maya clásico (200 a 900 d.C.) es apreciado por su excelente manufactura. Los tallados y relieves en estuco de Palenque y el estatuario de Copán son especialmente finos, muestran una gracia y observación precisa de la forma humana que recordó a los primeros arqueólogos las formas de la civilización clásica del Viejo Mundo.
Para los diferentes trabajos en escultura, bajorrelieves, alto relieves y estelas utilizaron madera, estuco y piedra calcárea, ocasionalmente recubierta de estuco (pasta hecha de polvo de piedra calcárea, conchas y aglutinantes vegetales) pintado de diversos colores.

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